martes, 25 de octubre de 2011

Comienzo humedo.

Todas las experiencias y fantasías que le habían proporcionado horas de placer, ahora no quería guardarlas para sí misma, compartir las noches en que algún tipo la habrá tenido acariciando un orgasmo o mejor aun con las primeras sensaciones que le incitaban  a que un buen día se descubriera a sí misma en un espejo, con la mitad de un consolador metido en el ultimo orificio de los tres posibles que le quedaba virgen; su primer sexo anal; se fusionaban dolor y placer pero al final el placer la vencía.

Le entusiasmaba compartirlo con alguien más, pues sus fantasías le obligaron a comprarse infinidad de lencería, juguetes y artículos para alcanzar un placer inaudito. Cada noche se dormía por el cansancio que le provocaba el tocarse.

Este espacio lo ocupara para desenvolver toda su sexualidad, quiere cada vez.

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