-Leticia será mejor que ya te levantes. –gritaba mi madre desde su cuarto, se escuchaba algo agitada.
Yo no le conteste pues quería dormir otro rato pero ella insistió como queriendo que le respondiera, decidí levantarme pero no le diría nada. Deseaba desayunar un poco antes de ducharme, lo que estaba a punto de ver me quedaría en la mente como una obsesión. Al pasar por la habitación de mis padres:
-Ahhhh! Más, más, más por favor, ni se te ocurra llegar –mi mama estaba como poseída.
-Te va a escuchar Leticia –le susurraba papa.
-Y para qué crees que le grite tantas veces, para asegurarme que estuviera perdidamente dormida.
-Si tú lo dices entonces prepárate para gritar todavía más, porque la tendrás aun más adentro.
Era impactante ver a mis padres cogiendo. Mi papa; Álvaro de 39 con un cuerpo bien formado y no musculoso ni bien marcado, quiero decir que sin la barriga que regularmente tienen los casados, con los músculos en su lugar y bien erguido pues al caminar parecía que se sentía orgulloso y en perfecto estado, cabello y ojos muy negros, solo diré bien parecido al tratarse de mi padre a quien describo, por la cara que tenía mi mama y la distancia a la que se la cogía que no era tan cerca, imagino que debe tener una grandioso pene reluciente en la cabeza y textura deliciosa y sabor aun mejor, esto ya de mi imaginación. A mi madre, Carolina ya la conocen un poco, que por aquellos tiempos tenía 32 y que si hay que decir algo de ella se debe mencionar su grande y redondo trasero, sin caer en lo grotesco ni exagerado, para algunos, pues está así gracias a las sesiones de gym que a diario tiene y una cinturita que en comparación con sus caderas la hacen ver deliciosa, escuche decir una vez a mi padre por teléfono; ella tiene el pelo castaño claro como yo y unos ojos verdes un tanto oscuros, su belleza se compara con la guapura de mi padre, son el uno para el otro.
-No grites por favor pues ya casi entra toda –le advertía mi papa.
-Recuerda la ultima vez Álvaro, me dolió muchísimo cuando la metiste toda, sentí como tocabas mi fondo –entre gemidos hablaba mi mama.
-Pero si temblabas y me pedias mas, así que aguanta ya que no quieres que te dé por detrás, por lo menos dame este placer.
-Mmmmmm –mi madre se mordía los labios y apretaba muy fuerte los ojos.
-Ya ves como si lo soportas.
La mitad del cuerpo de mama sobre la cama con las rodillas apoyadas en el suelo y mi papa hincado detrás suyo se sujetaba fuertemente de sus caderas, podía ver claramente como mi mama se acercaba una almohada la mordía y luego se hundía en ella intentando apagar sus gritos y gemidos, en cuanto estuvo toda la verga dentro, la cara de mi madre se descompuso era más bien de dolor y le pedía casi inaudible que parara, que le lastimaba su gran pene, pero ni con los halagos que le hizo, mi papi se la saco.
-Espera solo un poco ya casi exploto, sentirás un poco más cálido ahí dentro.
-Bastaaaaa! Me lastimas –con una mano mi madre lo empujaba por el vientre.
Mi padre tambaleante por la llegada de su leche casi cae para atrás, se sostuvo y pudo arrojar toda su carga en la espalda a mi madre, ella se dolía y se llevaba las manos a su vientre.
-Uffff, Carolina me tienes enamorado, te juro que si solo me dejaras darte por ahí, estarías muy emocionada –papa le señalaba casi tocándole el rosado ano.
-Déjame en paz, eres un inconsciente, no imaginas el dolor que siente cuando te tocan el fondo es bastante intenso y a ti solo te importa tu placer. –mi mama casi lloraba.
Mi papa se incorporo y fue ahí cuando reaccione pues de no hacerlo tan rápido me atraparían, corrí intentando no hacer ruido hacia la cocina…
Lei tu relato en todorelatos y visite tu blog. Ojala llenes el lugar con tus relatos porque lo haces exelente. Saludos
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